martes, 13 de octubre de 2015

Por cien años más


Por cien años más como los transcurridos hasta ahora, por el sentimiento y la pasión que estos congregantes han puesto a lo largo de su ya centenaria historia para llegar hasta aquí. 

Esta celebración ha aportado al cofrade, otra forma de contemplar a la Congregación, que poco ha tenido que ver con la jornada del Jueves Santo, de esa bulla que sólo deja verlos desde la quinta fila, pero que ahora también ha sabido aglutinar a miles de personas a su paso. Todo lo dicen ellos, sus Sagrados Titulares, su conexión con congregantes, cofrades y malagueños ha quedado escrito en cada esquina de su recorrido han atrapado a todo el que se ha acercado a su encuentro.

A la Congregación de Mena le tocaba en suerte el pasado sábado poner el broche a un año de extraordinarias y a cortar la cinta de un año que pasará a la historia para los de Santo Domingo que precisamente también concluirá en la Catedral con la Coronación Canónica de su Madre de la Soledad. Tanto la ida como la vuelta han sido momentos para disfrutar de su puesta en la calle, como dijeron sus pregoneros en el Cervantes, "Mena es Mena" y así lo han demostrado.

Por la mañana en la Eucaristía que cerraba el Triduo de la Catedral y en el que se entregaron los nombramientos de padrinazgo y madrinazgo de la Coronación Canónica, el Vicario General y congregante de Mena, Rvdo. José Manuel Ferrary dejaba en su homilía hondas reflexiones acerca de los Titulares de la corporación, decía así: "A lo largo de todos estos años, la vida y la muerte de miles de hombres y mujeres han quedado asociadas a la vida y a la buena muerte del Señor, siendo sostenidos por Nuestra Señora de la Soledad. Han sido muchos los que han encontrado en el himno del ‘Novio de la muerte’ el santo y seña de la Congregación de Mena, y por medio del mismo un modo de incorporación, de identificación cargada de afecto, a la imagen de un crucificado que entrega su vida por todos nosotros; muchos son los que han aprendido, cantándolo, a contemplar a su imagen y a celebrar sus cultos y a saber que no es importante el vivir o el morir, sino el vivir en Cristo o el morir en Cristo".

A las seis y media de la tarde se iniciaba la procesión de regreso, una escuadra legionaria tras la cruz guía, precedía a los hermanos de vela, tras ellos la presidencia con representantes de la Legíon y la Armada junto al clero y la junta de gobierno de la Congregación, tras el trono unos marinos acompañaban a su Madre justo delante de la Banda de la Paz que una vez más ha demostrado el alto nivel en el que se encuentra. El trono del Cristo de la Buena Muerte acogió al pie de la cruz a Nuestra Señora de la Soledad a modo de "Stabat Mater", el crucificado de Palma también se encargó de regalar otra imagen inédita sin la corona de espinas habitual de cada Jueves Santo. Tampoco nos tiene acostumbrados la Congregación a un recorrido que les llevo por calles como San Agustín, todo ello permitido por la ausencia de dos varales que estrecharon la longitud del trono para salir desde la Catedral. Dos turnos de portadores con túnicas conmemorativas portaron a ambas imágenes que llegarían cumpliendo el horario fijado a su templo, a la Parroquia de Santo Domingo donde concluyeron una semana para recordar mucho tiempo y volviendo a la estampa antigua de su encierro en el templo dominico.

San Agustín, después sería la Plaza del Obispo, Larios, la Plaza de la Constitución y la llegada a su templo por entornos poco habituales pero muy dignos para su procesionar. Algunas tímidas gotas saludaron al cortejo procesional en calle Larios, poco tardarían en marcharse, cien años no se cumplen todos los días. Muy acertada la cruceta, no era fácil elegir para esta improvisada disposición, bien ideada por la Congregación y bien ejecutada por los jóvenes músicos de la Paz. Entre los estrenos que ya se escucharon en el Teatro Cervantes, "Centenario de Mena", de José Manuel Castelló, capitán músico del Ejército del Aire, y "Centenario", de José Antonio Molero. A la cita no pudo faltar ni "El Novio de la Muerte" interpretado por hombres de trono y público y la "Sale Marinera" fueron las dos piezas que junto a los estrenos y al Himno Nacional llevaron al trono hasta el interior de Santo Domingo. Concluye un Centenario, se inicia una Coronación Canónica, será sin duda el primer hito y quizás de los más importante, permitan el atrevimiento, de su segunda centuria.


Mena fue Mena y seguirá siendo siempre Mena.


Foto:MiPropioSentir

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