lunes, 23 de febrero de 2015

El Vía Crucis de antorchas cita indispensable al inicio de la Cuaresma

La liturgia marca el Miércoles de Ceniza como el inicio de la Cuaresma, pero en Málaga una de las citas más esperadas e indispensables es el Vía Crucis de antorchas que celebra cada primer sábado de Cuaresma la Hermandad del Monte Calvario.

Resulta obligado acercarse a las puertas del Santuario de la Victoria para acompañar al Yacente hasta su capilla recorriendo las estaciones que representan los último momentos del Señor. Un Vía Crucis de otro tiempo, una llamada a la reflexión y a la realidad de la propia cuaresma y el ser cofrades.

Minutos antes de las nueves partía el Yacente de Eslava desde el interior de la Victoria, tras el último día de Quinario celebrado. Abría paso ante la multitud congregada a las puertas del templo el muñidor y tras este la Cruz Guía. Una capilla musical acompañaba el cortejo elegantemente distribuido. El Cristo marchaba sobre un catafalco que descansaba sobre unas andas que contenían la inscripción latina: "Christus factus est pro nobis obediens usque ad mortem mortem autem crucis", que viene a recordar un fragmento de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses que dice así: "Cristo fue obediente por nosotros hasta la muerte y una muerte de cruz".

En la subida el silencio sólo era roto por el rezo de las estaciones, y la oscuridad sólo era vencida por las velas y antorchas que alumbraban la llegada del Señor al que iluminaban faroles de la Sagrada Mortaja.


Pasadas las diez y media de la noche del sábado concluía el ejercicio del Vía Crucis en la ermita. Los cultos concluirían en la mañana de ayer con la Función Principal en su honor y la posterior presentación de la novena edición del cartel de la "Juventud del Calvario" obra de Ignacio Blanco Peralta y fue presentado por el hermano Manuel Tello Valverde.

Foto:AzulyPlata

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