jueves, 26 de marzo de 2015

El pregón de un nazareno comprometido


El pasado sábado, Rafael de las Peñas, consejero y vestidor de la Virgen de los Dolores de San Juan pregonaba la Semana Santa en el Teatro Cervantes. El pregón fue largo, pero completo, el pregonero hilvanó en su texto la actualidad, los problemas y las virtudes del pueblo cofrade. Una defensa a ultranza de la figura del nazareno a veces tan denostado y un pregón cargado de amor a María en sus diferentes advocaciones.

Antes de todo esto, la música ocupó el inicio del acto con piezas preparadas con especial mimo para la cita. Tras el concierto y el saludo protocolario de la secretaria de la Agrupación de Cofradías, María del Carmen Ledesma tomó la palabra el pregonero del año anterior, Félix Gutiérrez presentó a la Málaga cofrade a Rafael De las Peñas Díaz, como "un hombre cabal, de un cofrade sencillo, tímido, discreto y valiente será nuestro camino. La palabra de un nazareno es hoy la voz de nuestra Semana Santa".

Tras el saludo entre ambos pregoneros se alzaba el telón y dejaba ver el escenario preparado como ya es habitual por Miguel Ángel Blanco que a su vez también es amigo y hermano cofrade de Rafael De las Peñas. presidiendo un gran corazón traspasado por siete puñales en clara alusión a la devoción del pregonero, la Virgen de los Dolores de San Juan, un moldurón de un extremo a otro repleto de azahares y los tonos azules y negros al final recordando los atuendos de la dolorosa del Viernes Santo. En la parte musical que precedió al pregón intervinieron: la Joven Orquesta Provincial de Málaga, el coro de la Ópera, la capilla musical de la Archicofradía de los Dolores de San Juan, la escolanía de voces blancas de la parroquia del Corpus Christi de Pedregalejo, la saetera Luz María Muriana y la soprano Irene Garrido.


De las Peñas que empleó dos horas y nueve minutos y fue interrumpido por una treintena de aplausos comenzó su texto recordando que "La Semana Santa es la fiesta por antonomasia de Málaga, es la propia ciudad la que la hace". También hizo mención a que los cofrades dejen de lado las ansias de poder, el protagonismo, la arrogancia y la envidia. Su pregón también fue de actualidad condenando la violencia de género y los desahucios.

No siguió un orden cronológico, simplemente fue introduciendo en su texto todas las corporaciones agrupadas, incluyendo este año a las dos que se estrenan por recorrido oficial que llegaban al atril del Cervantes por primera vez como fraternidades agrupadas concluyendo su oratoria con su Virgen de los Dolores y agradeciendo a todos los que le habían permitido estar sobre las tablas del Teatro Cervantes.

La formación tan necesaria en el pueblo cofrade también tuvo sitio en su texto, junto a la poca afluencia en muchos cultos, dijo así: "Algo falla cuando en unos cultos hay más fotógrafos que fieles dispuestos a rezar".

Desde su atril pidió a los curas, que se involucren y se acerquen más a las cofradías para poder entenderlas mejor. Así, les ha recordado a lo que el Papa Francisco recomendó a sus pastores, a que huelan a «incienso del bueno, del de las procesiones. De las Peñas ha pedido que los sacerdotes se impregnen del olor de las flores de los tronos, del aroma de las albacerías o de los archivos, del olor del esfuerzo con los dientes apretados en los submarinos y del de la cera derramada por las calles."Que huelan a nosotros, porque necesitamos su cercanía. Que huelan a nosotros y nosotros a ellos, desterrando prejuicios y acercando posturas. Pastores y rebaño en una misma senda". Recordando de esta forma que sacerdotes y cofrades viajamos en el mismo barco.

En el pregón de Rafael de las Peñas tampoco faltó la tan importante labor social que realizan las cofradías de la ciudad, decía que era "el mejor trono de todos",  en sus líneas no faltó ni Colichet, ni la Gran Recogida, Proyecto Hombre, comedores como el de Santo Domingo, o el Asilo de los Ángeles, recordando a todos la labor de algo tan importante creado en el seno de las cofradías como es la Fundación Corinto.

Dos horas y nueve minutos después de su inicio Rafael de las Peñas recibía el aplauso de todo el Teatro y se despedía con palabras para su devoción, la Virgen de los Dolores.



Fotos:Dolores de San Juan

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