Málaga tiene un culto bajo
nuestras aguas, una devoción sumergida en nuestros mares y que un día al año
pisa nuestra tierra para bendecirla y que el Sol ilumine su bendito rostro.

Una historia de amor de estos
submarinistas malagueños que labraron una pequeña capilla en un espigón cercano
a "La Malagueta" para tener siempre en nuestros mares un lugar para
elevar sus peticiones.
Procesionó colocada en un trono y
sobre dos delfines rampantes, que hacían la función de peana. En su mano, por cetro,
una biznaga, y los escapularios que durante toda la novena estuvieron a los pies
del Carmen de El Perchel. La Banda de la Trinidad acompañó el cortejo
procesional como ya es habitual desde hace años.
Foto:ElPretorio
No hay comentarios:
Publicar un comentario