viernes, 13 de julio de 2012

Monte Calvario becará a un seminarista, celebra cena benéfica para recaudar fondos

El sábado 14 de julio tendrá lugar la cena benéfica que la Hermandad del Monte Calvario organiza anualmente. Por segundo año consecutivo, los beneficios de esta cena serán destinados a sufragar una beca de estudios de un seminarista para su formación en el Seminario Diocesano de Málaga durante el próximo curso 2012/13. Esta Hermandad renueva así su compromiso de colaboración fraternal con el Seminario para la consecución de nuevas vocaciones sacerdotales, tan necesarias como escasas hoy en día.

El precio de la invitación es de 30 euros, e incluye una consumición después de la cena. Para adquirir alguna invitación, contactar con Damián Lampérez (encargado de la Comisión de Caridad) en el teléfono 696 130 274, o en el email damianlamperez@hermandadcalvario.es



El Seminario Diocesano y su relación con la Ermita y la Virgen del Monte Calvario

El Beato Ob. Manuel González construyó el actual edificio del Seminario en la década de los años veinte. Desde su inauguración, dada su proximidad a la ubicación de la Ermita del Monte Calvario, introdujo la laudable costumbre de que todos los seminaristas, el Viernes de Dolores, tuvieran la Misa de comunidad en dicha capilla. Tras el lapso de la Guerra Civil, la costumbre se recuperó en el 1940, año a partir del cual los seminaristas recuperaron y mantuvieron la capilla, que en el convulso año de 1936 había sido incendiada.

Desde el año 1941, con la llegada de la imagen de Santa María del Monte Calvario, los seminaristas promovieron esta popular devoción, que aumentó exponencialmente a partir de 1944 con la celebración del Septenario de Viernes en honor de los Siete Dolores de la Virgen, que se celebra desde entonces cada año. Los seminaristas Prudencio Jiménez y Manuel Gámez -este último, actual capellán y Director Espiritual de la Hermandad-, con el apoyo del Rvdo. D. Francisco Carrillo -entonces formador del Seminario- impulsaron de manera decisiva la recuperación del culto en la Ermita.

Durante los años 50, D. Prudencio Jiménez, por entonces convertido en Director Espiritual del Seminario, fue también capellán de la ermita, apoyado por D. Manuel Gámez, que ocupaba el puesto de director de la Schola Cantorum del Seminario.

En las postrimerías de la década de los años 60, surge una lamentable crisis de vocaciones sacerdotales. Se reduce considerablemente el número de seminaristas. El escaso número de alumnos del Seminario, por disposición episcopal marcha a Granada para estudiar en la Facultad de Teología. El Seminario, que desde su fundación por el obispo D. Manuel González se había responsabilizado del culto de la Ermita del Calvario, quedó cerrado. D. Francisco Carrillo, a la sazón Vicario General de la Diócesis, encomendó a D. Manuel Gámez la labor de capellán de la ermita, labor que ha ejercido de forma ininterrumpida desde entonces.

Ya con la reorganización de la Hermandad y el Seminario Diocesano felizmente reabierto, ambas instituciones eclesiásticas han tenido en las últimas décadas tímidos acercamientos de colaboración. Sin embargo, a partir de 2010 la Hermandad del Monte Calvario ha apostado por una colaboración mucho más decidida. Esta humilde colaboración se lleva a cabo siguiendo las directrices de nuestro Santo Padre en pos de promover nuevas vocaciones sacerdotales en todas las comunidades eclesiales. Pero también, como reconocimiento y gratitud por la especial consideración que nuestros “vecinos” del Seminario siempre han tenido para con la Ermita y la Virgen del Monte Calvario, su Virgen.

Este cariño que tanto seminaristas como sacerdotes formadores vienen demostrando con nuestra Hermandad, así como la devoción que le profesan a Santa María del Monte Calvario, ha tenido pública manifestación en el Vía Lucis que se celebró durante la pasada Pascua de Resurrección de 2012,  que fue presidido por la imagen de la Santísima Virgen, y que recorrió el camino que une la Ermita del Monte Calvario con el Seminario. No en vano, la idea de la organización del Vía Lucis surgió de entre los seminaristas, que acogieron con entusiasmo a la venerada imagen en su Capilla del Buen Pastor. El cortejo del Vía Lucis rememoró el recorrido de la procesión del Santísimo celebrada el 16 de mayo de 1920 en la víspera de la colocación de la primera piedra del Seminario.

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