Recientemente han sido varios, los pregoneros que desde su balcón de madera del teatro Cervantes se han asomado a la ciudad para pedir que los miles y miles de nazarenos que recorren nuestras calles cada año tengan un monumento digno que inmortalice para la posteridad la vocación nazarena de Málaga.
En ocasiones en numerosos “corrillos” se citaron incluso lugares donde colocarlo, pero todas estas propuestas quedaron en saco roto y Málaga sigue sin ese tradicional elemento de nuestra ciudad perenne a los días.
Siempre pensé que el monumento debería ser compuesto por los puntales principales de nuestra celebración un lugar donde el hombre de trono y el nazareno se dieran la mano artísticamente, donde la cera y el sacrificio del varal fuesen representados.
Su colocación podría marcar el inicio del recorrido oficial o simplemente por algún lugar en donde confluyan todas las procesiones, que sea un punto de referencia de nuestra ciudad.
Simplemente un monumento que certifique por todos los tiempos que Málaga es nazarena, que Málaga se echa a las calles, que siente y padece la Pasión más fiel recreada en una ciudad.
“Incienso y Varal”, retoma la propuesta de pregoneros y cofrades y adelanta una encuesta en la que podrán votar los visitantes si Málaga necesita o no un monumento al nazareno.
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