El pasado domingo la Iglesia subía a los altares a un ejemplo de persona, de religioso y de vida. Fray Leopoldo de Alpandeire fue beatificado por orden de su Santidad Benedicto XVI, tras las gracias obtenidas por todos aquellos que rogaron su intercesión pero especialmente por una paciente a la que la medicina le daba pocas esperanzas.
Miles de personas no quisieron perderse el histórico acto celebrado en la base aérea de Armilla (Granada), en la ciudad en la que residió gran parte de su vida y donde los mayores aún recuerdan al fraile cuando recorría sus calles pidiendo limosna para los que más la necesitaban.
Centenares de malagueños viajaron a tierras granadinas, para no perderse la cita, la representación más amplia partió en la madrugada desde la plaza de Capuchinos en la peregrinación organizada por la Hermandad de la Divina Pastora.
Fray Leopoldo de Alpandeire beato para la iglesia universal, santo para los malagueños.
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