sábado, 17 de julio de 2010

Amor a una Reina y Madre, Patrona de nuestros Mares

Ayer quedó más patente que nunca el amor a esa divina mujer que vela por los mares y todos los que lo surcan cada día del año desde su templo en el marinero barrio de El Palo. Una devocíón que reune a un barrio que se hace más familiar que nunca, con la mano tendida al visitante y con su madre en la calle y en las aguas para dar gracias que siempre es bueno.


Las calles de El Palo era un enorme gentío esperando la llegada de la Señora que marchaba en su dorado trono de madera con los compases de la Banda de Zamarrilla y portada por sus hermanos de la mar con faja y descalzos emulando a aquellos viejos pescadores que nunca quisieron marcharse de su lado pero que hoy la contemplan desde el más azul de los cielos.

Fue entrar en los mares y desatarse la alegría y la emoción en la cara de los Paleños que en ningún momento abandonaron su Señora hasta bien entrada la madrugada cuando regresó de nuevo a su templo.

Algún marengo seguirá contandole en silencio a las olas los días que faltan para que la embarcación devuelva a los mares a su madre, a su reina, a su Vírgen del Cármen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario