jueves, 30 de agosto de 2012

Entrega del estandarte orlado y la réplica del Cristo de la Buena Muerte

La Legión devuelve el antiguo estandarte orlado por los guiones y banderas legionarias y la réplica del Cristo de la Buena Muerte en bronce que ha acompañado a esta unidad militar en misión de paz en Afganistán
 
La capilla de la Congregación de Mena acogió ayer el acto de entrega del antiguo estandarte orlado por los guiones y banderas legionarias que se estrenó en la Semana Santa de 1948 siendo procesionado cada Jueves Santo y que desde entonces ha acompañado a las unidades de La Legión habiendo sido custodiada en Tauima, Dar-Riffien, Krinda, El Aaium, Villa Sanjurjo, y en los tercios de Fuerteventura (acuartelamiento desaparecido), Melilla, Ceuta, Ronda y Almería (tras abandonar el mando de La Legión en el campamento Benítez de Málaga para instalarse actualmente en Viator).
 
De esta forma, la cofradía recupera este viejo enser tras la realización del nuevo estandarte que alberga todas las nuevas banderas y guiones legionarios que donó el conocido empresario Juan Abelló y que se estrenó el año pasado en la JMJ de Madrid, siendo custodiado en la actualidad por La Legión y que cada año la cofradía celebra un simbólico acto de relevo de custodia. Asimismo, la réplica en bronce del Cristo de la Buena Muerte, obra de Rafael Ruiz Liébana, que ha acompañado a los legionarios destinados a la última misión de paz a Afganistán, fue devuelta a las dependencias de la cofradía a la espera de una nueva encomienda.
 
A Málaga se desplazaron los tenientes coroneles Carlos Salgado y Juan Manso, jefe de la VIII Bandera del III Tercio 'D. Juan de Austria' y jefe de la Bandera de Cuartel General de la Brigada de La Legión, respectivamente, quienes trasladaron desde Almería tanto el estandarte como la reproducción del Cristo y tuvieron unas sentidas palabras sobre estos dos símbolos representativos de la estrecha vinculación existente entre la congregación y este cuerpo castrense. El primer teniente hermano mayor de la cofradía, Antonio de la Morena, se dirigió a los mandos militares para agradecerles el motivo del acto y desearles suerte en sus nuevos destinos como oficiales, antes de concluir la visita con el canto del 'Novio de la Muerte' por parte de todos los asistentes ante el Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Soledad.

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