jueves, 21 de octubre de 2010

El día que se unieron la torre de San Pablo y “La Manquita”

Han pasado diez años desde que dos de las torres más emblemáticas de nuestra ciudad se unieran para siempre, una su casa y la otra su destino. Desde la torre de San Pablo se divisaba una hermosa torre al que le faltaba su compañera, décadas y décadas de devociones y oraciones hicieron falta para allanar el camino. Puente de devoción entre la Trinidad y la Málaga del centro.

La Trinidad dejaba su templo, para ir hasta la Catedral, una corona forjada por devociones y amor a su Hijo, el divino prisionero de un barrio que lleva el nombre de su Madre, le esperaba.

De allí partía, de vuelta en procesión triunfal, en su trono, las dos torres se quedaron para siempre cada una en un lateral, en sus sienes una corona de reina.

Reina malagueña, alegría de los trinitarios y fervor de malagueños cuando cada Lunes Santo acompañas a tu Hijo tras la estela de una túnica blanca que conmueve al mundo entero.

Trinidad, tu sola, sola nunca más. Qué pena el verte volver a tu barrio cuando ya la madrugada ha hecho Martes, el Lunes Santo en el que saliste, cuando el azahar está estallando y la Luna se refleja en el puente, se acaba tu recorrido, un año más para esperarte, pero no dejemos sola a la madre del Señor de Málaga.

Acudamos hoy a San Pablo a felicitarla, a contemplarla y a rezarle.

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