Pasado el extenso puente de la Inmaculada, casi sin darnos cuenta se aproxima a pasos agigantados la Navidad, aunque infinidad de métodos publicitarios se empeñen en acercarla cada vez más para explotar la productividad, es ahora cuando más se avecina.
Málaga como tantas otras ciudades que celebran la llegada al mundo del Señor, lleva días engalanada y sus principales calles y avenidas lucen como nunca. Jesús de Nazaret, el mismo que llego al mundo en un pesebre y entregó su vida en un madero ante dos ladrones sigue naciendo más de dos mil años después, y seguirá naciendo mientras celebremos esa noche mágica de la nochebuena en compañía de los más queridos y conocidos, y no la celebremos como un reclamo propagandístico para hurgar aún más en los necesitados bolsillos de los ciudadanos.
La tradición es la tradición. De la que nos dieron a beber nuestros ancestros y la misma de la que impregnaremos a los nuestros, perdiendo este sentido esta fiesta es vana y pobre. A la misma vez es una celebración entrañable y nostálgica en la que recordamos a muchos que se marcharon para celebrar con el mismísimo Señor la eterna Navidad.
Vivamos con sentido estos días que ya se tornan en fiesta y jolgorio. Acojamos al vecino y saludemos al amigo para que no solo en estos días brille la paz y el amor. Y hagamos del sentimiento de estos días un eterno sueño.
Desde Incienso y Varal, Feliz Navidad a todos los que siguen celebrando la llegada de Jesucristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario