A las pocas horas de su
fallecimiento en el día de ayer era instalada en la Iglesia del Sagrario la
capilla ardiente del obispo emérito de la Diócesis de Málaga, Monseñor Antonio
Dorado Soto. Desde ayer hasta las 23 horas cuando fue cerrada, y hasta esta
mañana poco antes del inicio del funeral que ha comenzado a las 13 horas en la
Catedral no han parado de llegar personas a despedir al que fue su obispo,
también lo fue de las diócesis de Guadix y de Cádiz-Ceuta.
Sus restos mortales fueron
recibidos en el día de ayer en la capilla ardiente por el obispo de la Diócesis
Jesús Catalá, quien rezó un responso ante el féretro. Desde el primer momento,
malagueños de toda edad y procedencia visitaron el templo para dar su último
adiós a quien fuera su obispo entre 1993 y 2008.
La
Misa Funeral ha sido presidida por el obispo de Málaga, Jesús Catalá, quien
estuvo acompañado por los cardenales Mons. Fernando Sebastián, Mons. José Manuel
Estepa y Mons. Carlos Amigo; los arzobispos de Granada, Mons. Francisco Javier
Martínez; Toledo, Mons. Braulio Rodríguez; Sevilla, Mons. Juan José Asenjo;
castrense, Mons. Juan del Río, y el emérito de Zaragoza, Mons. Elías Yanes.
Entre los obispos, destacan los de las Diócesis por donde pasó D. Antonio:
Mons. Ginés García, obispo de Guadix-Baza y Mons. Rafael Zornoza, obispo de
Cádiz y Ceuta; así como los de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández; Almería,
Mons. Adolfo González; Huelva, Mons. José Vilaplana; Ciudad Real, Mons. Antonio
A. Algora; auxiliar de Sevilla, Mons. Santiago Gómez; emérito de Cádiz y Ceuta,
Mons. Antonio Ceballos; y el emérito de Málaga, Mons. Ramón Buxarrais. También
concelebró, entre el numeroso clero malagueño y de otras diócesis, el secretario
general de la Conferencia Episcopal, D. José Mª Gil Tamayo.
Junto
a diversas autoridades civiles, entre ellos el Subdelegado del Gobierno en Málaga,
el Alcalde de la ciudad, y la Rectora de la Universidad, centenares de personas
han acudido a la Eucaristía en el primer templo malagueño para dar gracias a
Dios por su vida. Nutrida representación de las cofradías malagueñas con el
presidente de la Agrupación, Eduardo Pastor, junta de gobierno de la misma y
numerosos Hermanos Mayores y cofrades que conocieron de cerca a Monseñor Dorado
Soto.
Al término de la Eucaristía,
Mons. Catalá ha leído un mensaje del papa Francisco en el que manifestaba sus
dolor por el fallecimiento de un obispo que "entregó su vida al servicio
de Dios y de la Iglesia".
En la capilla de la Encarnación de la Santa Iglesia Catedral Basílica reposan ya sus restos mortales, junto a los sepulcros de Fray Bernardo Manrique y D. José Molina Lario.
Fuente y foto:Diócesis de Málaga
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