Las imágenes han recorrido Málaga desde muy temprano y ha traspasado las fronteras en pocos instantes. Han sido muchos los que han podido acercarse en la reapertura de la Basílica y orar ante ellos, se les echaba en falta.
El luto con que se ha revestido a la Virgen de la Esperanza, y la medalla de oro de la ciudad, son un homenaje al pueblo de Málaga, a sus difuntos a causa de la pandemia y sus familias que sufren las consecuencias. La dolorosa del Jueves Santo, luce una mantilla negra que únicamente se ha usado en 2012 durante el funeral de Carlos Gómez Raggio (hermano mayor entre 1960 y 1984). Porta un sencillo halo de estrellas y esmeraldas; una de las piezas más antiguas del ajuar del Virgen.
Este halo fue uno de los primeros elementos ornamentales que se usó para ataviar a la Virgen después de la Guerra Civil. En el archivo histórico se conserva esta fotografía de 1940 o la del traslado de la Virgen al Centro Misional de la Esperanza una década después.
La medalla de oro de Málaga que luce le fue ofrecida como regalo por su coronación canónica, aunque llegó años más tarde. Se ha querido que la representación de Málaga vaya en el pecho de la Virgen, enlutada para acompañar el sentimiento de tantos malagueños fallecidos en esta terrible pandemia.
La saya, ejecutada y donada por Soledad Raggio, data de 1977. Está realizada en terciopelo negro y azabache, formando las cuentas de pedrería motivos ornamentales con flores, hojas y lazos.
El rosario que porta la Virgen es un regalo de una familia devota. En su momento fue bandera en tiempos difíciles cuando los símbolos religiosos estaban perseguidos. Sirvió para seguir dando culto a la Virgen en la intimidad del hogar de aquella familia. Posteriormente, esta pieza se guardaría para evitar daños personales mayores, ocasionando el paso del tiempo un notable deterioro. El rosario se restauró y se montó en oro como símbolo del tesoro que supone la fe en la Virgen, «que da luz, vida y esperanza en tiempos de tinieblas».
Por último, porta en su mano un pañuelo de encaje «duquesa», donado por un hermano. El Nazareno del Paso viste una sobria túnica talar de terciopelo morada que acostumbra a llevar en noviembre durante la celebración de los fieles difuntos.
Fuente y foto:Paso y Esperanza
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