Son fechas estas las propicias para redactar la carta con las peticiones a Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, en numerosas misivas se solicitarán libros y para los malagueños e interesados en conocer su monumento más visitado, no debería de faltar la última obra de Alberto Jesús Palomo Cruz, para la editorial “Almuzara”.
Durante el pasado mes de noviembre salía a la venta “La Catedral de Málaga”, el último trabajo de Alberto Palomo, auxiliar del archivo de la Catedral, monumento al que le ha dedicado más de tres décadas, su conocimiento y sus vivencias le han llevado a publicar la obra.
Atiende a este portal y da a conocer su último libro que se forjó en tardes de un caluroso verano en el archivo catedralicio con los ecos de la feria del centro de cuando todo era “normal”. “No he pretendido en ningún momento completar o enmendar la plana de la numerosa y competente bibliografía que hay disponible sobre la Catedral y, mucho menos, hacer un libro de temática histórica o artística. Mi motivación es bien distinta. Nace del hecho que, siendo trabajador del templo desde hace más de treinta años, he tenido la oportunidad de ver y escuchar infinidad de veces las salidas de tonos, las tonterías y los disparates de muchas personas al contemplar o comentar cualquiera de las obras que alberga. Y eso, no solo aplicable al mero turista, sino a guías turísticos, e incluso profesores. Lo evidente es que nos encontramos en unos momentos en que en la sociedad española en general existe una gran ignorancia sobre el fenómeno religioso, cuando no una verdadera apatía o desinterés por él. A esto se une que muchas de las personas que acceden a la Catedral, que no olvidemos es el monumento más visitado de la ciudad, son extranjeros ajenos a los dogmas y modos católicos. Unos y otros, por diversas razones, entienden poco o nada de lo que allí se admirar. Es cierto que se les facilita información escrita y también audio guías, pero todos estos instrumentos suministran datos concretos de autores y fechas, pero nada más. De esa forma, pongamos de ejemplo, los turistas saben que están frente a un cuadro que se llama la alegoría de la fortaleza y que está atribuido a Miguel Manrique, un maestro del siglo XVII, pero se quedan sin saber qué representa, quienes son los personajes de la composición y cuál la intención del pintor. Pues de ahí nació mi idea. Poniéndome en el lugar del visitante, comento todas las partes del edificio, mobiliario, imágenes, pinturas y otros objetos que pueden llamar su atención, ilustrándole sobre su significado, uso, características y vida y obra de los personajes representados. Quizás, dicho así no suene muy ameno, pero es que en realidad el libro es una obra didáctica y divulgativa, que no hay que leer ordenadamente página tras página, sino que puede consultarse según el interés o curiosidad del lector. Para ello ayuda mucho la galería de fotos, sobre todo los montajes de las capilla, realizadas por Santiago Guerrero Strachan- Carrillo, que sirven para ubicar lo que se describe en el texto. También he aprovechado para incluir algunas noticias inéditas y determinados datos hasta ahora no recogidos, como la novedad que aporto desvelando el autor del lienzo de San Francisco Caracciolo, que se creía de autor desconocido, y que he descubierto ser obra del pintor romano Domenico di Angelis; y en una línea diametralmente expuesta, justificar el por qué en una iglesia tan magnífica se tolera la presencia de insignificantes imágenes seriadas de escayola, como las de San Expedito y Santa Rita. Pero es que todo lo que hay en la Catedral, sea grande o pequeño, de mérito o escaso valor artístico, encierra una pequeña historia que merece ser conocida, porque solo desde el comprensión se puede apreciar y valorar en su justa medida un edifico tan singular y provisto de alma como la Catedral. De modo secundario, al escribir este libro dejo constancia histórica de la Catedral tal y como se encuentra a día de hoy, porque es deseo de sus rectores reordenar en breve todo cuanto contiene, reubicando o suprimiendo piezas de su mobiliario, algo que no tiene que ser ni malo ni bueno, simplemente uno más de los tantos trasiegos que ha sufrido y sufrirá siempre un monumento como este de manos de quien en cada época tiene potestad sobre él”.
El libro forma parte de la colección Andalucía de Almuzara y se encuentra distribuido en librerías y centros comerciales. Cuenta con páginas centrales a todo color y las restantes en blanco y negro. El prólogo lo escribió Rafael Gómez Marín, entrañable sacerdote que ejerció una notable labor como historiador diocesano y que, lamentablemente, no ha vivido para ver la obra editada. No todo queda aquí, “Almuzara” ha encargado a Palomo otro libro sobre la Semana Santa malagueña que verá la luz próximamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario