Los hermanos de Cofradía del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Caridad aprobaron, reunidos en Cabildo General Extraordinario el pasado viernes 31 de enero, el proyecto de trono procesional para el Santísimo Cristo del Amor, quien ha corrido a cargo del malagueño Fernando Prini Betés.
El trono será realizado en madera tallada y sobredorada. Su estilo es el Rococó, presente en toda Europa durante buena parte del siglo XVIII y, por tanto, coetáneo a los Sagrados Titulares de esta corporación, magníficas Imágenes atribuidas con gran fundamento al afamado escultor Fernando Ortiz hacia 1756 – 1771. De líneas curvas, planta sinusoidal, con entrantes y salientes, consta de un plinto rectangular realizado en madera dorada, de sección cóncava con moldura de ovas y gallones, sobre el que se disponen cartelas intercaladas con decoración de rocalla, centradas en símil de mármol de ágata de Mijas. Sobre el mismo se asienta el cajillo del trono, de geometría rectangular, pero configurado a base de curvas y contra curvas que dejan espacios donde intercala los elementos de iluminación del conjunto. Dos bandas de molduras superior e inferior limitan planos rectos que soportan sendos relieves calados, con decoración vegetal y de rocalla, intercalados por pilastras. En los cuatro ejes centrales de los paños aparecen sendas capillas, que acogen altorrelieves en madera estucada en blanco con acabado marmóreo. Sobre el cajillo se apoya un segundo cuerpo del trono, retranqueado, que sigue sus mismas trazas. En las esquinas del cajillo se sitúan cuatro arbotantes que, sin lugar a duda, conforman los elementos más novedosos del conjunto. Partirán de la propia superficie del plinto, y no de la mesa, como tiende a ser lo habitual, siendo además los dos de atrás de una altura notoriamente superior a los delanteros, enfatizando aún más la disposición de las figuras del conjunto. Son arbotantes de tipo “perchero”, los brazos parten de un fuste central y se disponen simétricamente, compuestos de nueve brazos, distribuidos en dos grupos de cuatro brazos a dos alturas y uno central. Las tulipas son de cristal color ámbar y con los cantos rizados. En los laterales aparecen a su vez dos faroles, igualmente partiendo de la superficie del plinto, a juego con los arbotantes. Finalmente, como remate al conjunto, ambas Imágenes estarán sustentadas por una peana que se elevaría sobre el monte de flores, apareciendo cuatro querubines dolientes en las esquinas.
La iconografía propuesta se ubica en los cuatro altorrelieves de las capillas, a realizar en madera estucada en blanco. Los cuatro motivos elegidos pretenden simbolizar el Amor de Cristo a sus hijos, a saber: el Buen Samaritano, la boda de Tobías, el juicio de Salomón y el convite del fariseo. Asimismo, una de las novedades del proyecto reside en el proponer que las Sagradas Imágenes recuperen ciertos atributos que, inexplicablemente, dejaron de portar: para la Santísima Virgen de los Dolores, una ráfaga y puñal de orfebrería, y para el Crucificado la corona de espinas metálica y las tres potencias; estos elementos que representan la divinidad y santidad de los iconos representados y que siempre deberían portar. Además, se propone la realización de una nueva cruz procesional, de sección rectangular y plana, muy acorde a las características estilísticas de las imágenes. Estaría realizada en madera, con terminación imitando ébano, hueso y carey y con remates y cantos rodados. El INRI contempla el mantener, a modo de cierto romanticismo, las dos golondrinas que lleva actualmente. Tras la cruz, y sobre la peana, aparecerá un violetero que contiene la azucena entre cardos. Las medidas máximas en planta son 285 cm. de ancho por 390 cm. de largo.
Fuente y diseño: Cofradía del Amor y la Caridad
No hay comentarios:
Publicar un comentario