Desde el pasado jueves 3 de octubre, una glorieta situada en la zona de la calle Amargura, a la altura en que se encuentra el acceso a la capilla del Monte Calvario, en el barrio de la Victoria, lleva por nombre “Padre Manuel Gámez” en honor de quien ha sido unos de los sacerdotes que más han hecho por la renovación de la Semana Santa y por el enriquecimiento del patrimonio musical local.
El acto del descubrimiento de la placa nominativa urbana fue presidido por el alcalde Francisco de la Torre, acudiendo numerosas personas entre las que destacaron familiares y compañeros sacerdotes del homenajeado, caso de Antonio Aguilera, deán de la S.I. Catedral, así como una notable presencia de cofrades encabezados por el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia, y los hermanos mayores Arturo Fernández (Monte Calvario), Diego Hermoso (Paloma), María del Carmen Ledesma (Caridad) y José Carretín (vice-pte 4º de la Agrupación), entre otros.
Esta concesión municipal fue tratada en la última Comisión Técnica de Calles y aprobada por decreto el pasado mes de septiembre. La petición al Ayuntamiento partió de la Hermandad del Monte Calvario y fue unánimemente respaldada por numerosos colectivos/entidades ciudadanas, especialmente por la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga, por entender que la trayectoria cofrade del Padre Gámez le hacen merecedor de esta nominación en un espacio cercano a la referida corporación, a la que ha estado estrechamente vinculado como director espiritual desde su reorganización.
El padre Gámez, fue el fundador y director de la Coral Santa María de la Victoria, delegado de Hermandades y Cofradías de la Diócesis de Málaga y pregonero de la Semana Santa de Málaga en 1980.
La vinculación del Padre Gámez con el enclave, que lleva su nombre, se remonta a la época de su ingreso en el Seminario de Málaga, en la posguerra. Fue en 1939, cuando entró por primera vez en la Ermita del Monte Calvario. Este espacio, reconstruido gracias a su tesón, junto con la Hermandad de la que es director espiritual, se convirtieron en un proyecto vital y en el lugar desde el cual D. Manuel ha impulsado numerosos proyectos.
Fue uno de los precursores de la renovación que vivió la Semana Santa de Málaga en los años 70 y 80 del siglo pasado. En ese ambiente de cambio e intensa actividad cofrade se reorganizó la Hermandad del Monte Calvario. Con pautas dadas por él mismo y el entusiasmo de un grupo de jóvenes, realizó una renovada propuesta en el concierto cofradiero malagueño. Esta propuesta estuvo marcada por la seriedad, el silencio y el rigor penitencial, además de una cuidada estética y puesta en escena. Desde aquella primera procesión de 1979, en la que el padre Gámez vistió el hábito de nazareno de su refundada hermandad como un penitente más, siendo el respaldo espiritual y alma mater de la misma.
El perfil cofrade del Padre Gámez no se agota en con la corporación victoriana. Ha sido partícipe de la vida de buena parte de las cofradías malagueñas en diferentes ámbitos, de manera muy especial también y de siempre con la hermandad de la Paloma, predicando en numerosos cultos, siendo pionero en el arte de vestir a imágenes dolorosas de la ciudad o impulsando la presencia en Málaga de artistas andaluces de las distintas disciplinas del arte sacro y cofrade.
Fuente:Agrupación de Cofradías
Fotos: Hermandad Monte Calvario
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