El pasado jueves 4 de agosto con motivo del 137 aniversario de la fundación de las Hermanas de la Cruz se bendijo en la pizarreña Iglesia de San Pedro Apóstol un óleo sobre tabla de Santa Ángela de la Cruz y la Beata Madre María de la Purísima. Obra realizada por el pintor malagueño Raúl Berzosa.
Santa Ángela de la Cruz: Nació en Sevilla el año 1846, de familia numerosa y pobre, trabajadora y piadosa. Desde muy joven trabajó en un taller de zapatería, a la vez que se entregaba al servicio de los más pobres y marginados. Bajo la guía de un experto confesor, el P. Torres, intentó hacerse religiosa, hasta que comprendió que el Señor la llamaba a fundar una congregación, la Compañía de Hermanas de la Cruz, que, viviendo en gran austeridad, atendían a enfermos y menesterosos. A pesar de no tener estudios, dejó escritos de gran profundidad. Su vida y espiritualidad tienen rasgos franciscanos muy marcados. Murió el 2 de marzo de 1932 en Sevilla. Juan Pablo II la beatificó el 5 de noviembre de 1982 y la canonizó en 2003.
Beata Madre María de la Purísima: nació en Madrid en 1926 en el seno de una distinguida familia de alto nivel social. El día 8 de diciembre de 1944, cuando contaba 18 años, ingresó en la Compañía de la Cruz. Tomó los hábitos en 1945, profesó temporalmente en 1947 e hizo los votos perpetuos en 1952. Culta y distinguida hablaba tres idiomas, francés, inglés e italiano y debido a su piedad, no extrañó a la familia su decisión de ser hermana de la Cruz. Fiel seguidora de Santa Ángela fue elegida Madre general de la Compañía de la Cruz el 11 de Febrero de 1977. Falleció el día 31 de octubre de 1998. El 18 de septiembre de 2010 fue beatificada en una multitudinaria Misa celebrada en nombre de Benedicto XVI por Monseñor Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos
La pintura es novedosa en cuanto que quedan retratadas en la misma estancia ambas Hermanas, ya que por la diferencia de edad la imagen no es real. Aparecen en el interior de un convento, austero tal y como es la Compañía, sólo dos figuras dan un carácter más suntuoso, por un lado San Francisco (por el carácter franciscano de la Compañía) y por otro un Cristo crucificado (es el símbolo de las Hermanas).
Debido a la verticalidad de la obra se sitúa a Santa Ángela sentada en una silla junto a un escritorio, y la Madre María de la Purísima de pie, esta solución hace que el espacio quede más completo en su verticalidad.
Otro elemento a tener en cuenta es el cesto, propio de la Compañía, ya que con ellos ayudan a los más necesitados. La obra titulada: "Santa Ángela y la beata Madre María de la Purísima", mide 165 x 299 cm. y está realizada al óleo sobre tabla.
Foto de la obra: Raúl Berzosa