Martes y Miércoles Santo marcan
la mitad de nuestra Semana Santa, la previa de los días grandes. Pues quizás
estas dos fechas fueron las que se salvaron de la incertidumbre y de las desilusiones por la situación
meteorológica.
El Martes Santo comienza muy
temprano en dos barrios algo separados de la ciudad pero que ese día confluyen
en el centro, Nueva Málaga y la Victoria. El primero pone en la calle una
cofradía que es ejemplo de saber hacer y de cómo acercar un barrio al centro
histórico de la ciudad. El Nazareno del Perdón y la Señora de Nueva Esperanza
lo demostraron una vez más.
El Rocío tomó hace años su
decisión más acertada la de adelantar su horario, y ahí está demostrando que ha
salido ganando con el cambio horario. El Nazareno de los Pasos y la Novia de
Málaga se esperaban en la Tribuna de los Pobres donde el pueblo tributa en
forma de aplausos y emociones su cariño a los dos Titulares Victorianos.
Desde Pozos Dulces parten los
hermanos de Las Penas para tributar su fe y su devoción por las calles de la
ciudad, cuidado cortejo el que acompaña al Santísimo Cristo de la Agonía y a la
Madre de las Penas que estrena cada año como manto un verde jardín de nuestra
Málaga. Itinerario serpenteante con momentos inolvidables como su paso por San
Agustín poco después de salir de la Catedral.
En la Plaza de la Merced se
arremolina gran cantidad de público y es que dos cofradías pasarán por su
entorno, Rescate que deja calle Agua y su Virgen de Gracia que con su marcha
compone otra banda sonora de nuestros días santos y por calle Frailes bajan los
hermanos de la Sentencia, grandes encierros los que realizan estas dos corporaciones.
Pero a las noches de Martes
Santo, nunca le falta la Estrella que más brilla en El Perchel y es que los
hermanos de la Humillación y Estrella salen desde su casa hermandad para tomar
las calles del centro. El trono más antiguo de cuantos procesionan en nuestra
Semana Santa lo lleva su Señor.
Foto:InciensoyVaral
Miércoles Santo, de Salesianos,
de vocación cofrade nacida en los pupitres del colegio de Madre Auxiliadora al
pie de la Cruz y Cristo de las Penas entregando su vida por los amigos desde el
madero. Grandes momentos de sabor cofrade, la entrada de esta corporación al
primer templo malacitano, nuestra Catedral.
Las Fusionadas son un compendio
de siglos y de cofradías que el Miércoles Santo salen a nuestras calles, pero también
lo hacen el Domingo de Ramos y la Madrugada del Viernes Santo. Trono nuevo para
el Señor de Azotes, se echó en falta los plumeros rojos de la banda de
Fusionadas tras Exaltación. Para el Cristo de Ánimas la “muerte no es el final
del camino”, a su vez pone luz en el camino a los que no pueden verla. Para
culminar el cortejo del Miercoles Santo fusionado, la Señora del Mayor Dolor.
Una Paloma sobrevuela la Plaza de
San Francisco, el Nazareno cruza ya preso la Puente del Cedrón, y ella la Señora
de ojos verdes cita a los malagueños en el entorno de Carreterías. Grandes
tronos los que surcan las calles para portar al Señor de la Puente y a la
Virgen de la Paloma.
El Miércoles Santo no tendría
sentido sin la libertad que otorga Nuestro Padre Jesús “El Rico”, que renueva
cada año la tradición, ahora en la Plaza del Obispo y da libertad al que no la
tuvo, le acompaña en trono dorado la Señora del Amor.
El costado del Señor es
atravesado por Longinos en Dos Aceras, su Madre consuela el momento, Consolación
y Lágrimas es cobijada bajo un manto único en nuestros desfiles, el malva se apodera
del centro en las noches de Miércoles Santo.
En torno a la medianoche Cristo
expira en San Pedro, severo cortejo el de los archicofrades cada noche de
Miércoles Santo, este año estrenaron recorrido de vuelta pasando por las
puertas de la Basílica de la Esperanza, archicofrades hermanados desde hace unos
años. Dolores Coronada es la catedral echa trono, la plata repujada en su
máxima extensión. Ellos ponen el broche al Miércoles Santo.
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