El primer día de la semana, de madrugada, cuando todavía
estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido
sacada.
Corrió al encuentro de Simón Pedro y del otro discípulo al
que Jesús amaba, y les dijo: "Se han llevado del sepulcro al Señor y no
sabemos dónde lo han puesto".Pedro y el otro discípulo salieron y fueron
al sepulcro. Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más
rápidamente que Pedro y llegó antes. Asomándose al sepulcro, vio las
vendas en el suelo, aunque no entró. Después llegó Simón Pedro, que lo seguía,
y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo, y también el sudario
que había cubierto su cabeza; este no estaba con las vendas, sino enrollado en
un lugar aparte. Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al
sepulcro: él también vio y creyó. Todavía no habían comprendido que, según
la Escritura, él debía resucitar de entre los muertos.
Evangelio según San Juan 20,1-9.
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