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domingo, 23 de octubre de 2016

La Dolorosa del Cristo del Amor estará presente en una muestra dedicada a Fernando Ortíz en Osuna

La Dolorosa que procesiona cada Viernes Santo a los pies del Santísimo Cristo del Amor estará presente en una muestra dedicada a su autor, Fernando Ortíz en Osuna (Sevilla) con motivo del tercer centenario del nacimiento del escultor malagueño (1716-1771). Por la calidad de su obra y su impecable trayectoria Fernando Ortiz ha sido calificado como uno de los escultores más relevantes de la España del XVIII y el más notable en la Andalucía del momento. La muestra podrá ser visitada en la colegiata de Nuestra Señora de la Asunción y monasterio de la Encarnación y Nuestra Señora de Trápana, en Osuna, desde el 18 de noviembre al 15 de enero de 2017.



Ortíz, fue nombrado Académico de Mérito en Escultura de la Real Academia de San Fernando. En su producción destacan la habilidad para conjugar la tradición castiza fundamentada en la producción de Pedro de Mena con los vientos renovadores de la plástica cortesana, junto a una depurada técnica y un exquisito sentido de la belleza. En los últimos tiempos la crítica especialista va constatando el extraordinario talento de quien derivó hacia el sur el influjo de ese Barroco clasicista de influencia europea. Pese a su indudable valía, todavía carece de una monografía que calibre su verdadera dimensión desde aquellos primeros estudios pioneros publicados a partir de 1980 por José Luis Romero Torres. Un factor a tener en cuenta en esta circunstancia ha sido la destrucción de gran parte de su producción en los acontecimientos bélicos de 1931 y 1936. La mayoría de sus principales obras realizadas para su ciudad natal fueron destruidas en mayo de 1931. Este es el caso de la Virgen de la Soledad, la Virgen de la Paz, el Santo Entierro y Jesús orando en el Huerto o las que hizo para la parroquia de Teba, entre las que destaca la magnífica imagen de San Sebastián. Sin embargo, en los últimos tiempos se han producidos nuevas autorías y certeras atribuciones que empiezan a componer un catálogo de obras considerable del artista.

La promoción de tal efeméride en la villa ducal de Osuna se debe a la circunstancia de estar documentada la presencia del artista en dos ocasiones. En 1756 había viajado a Madrid, donde permaneció algunos meses trabajando en el taller del escultor italiano Giovanni Domenico Olivieri, donde realizó un relieve en mármol blanco para el Palacio Real. Por entonces fue nombrado Académico de Mérito en Escultura por la Real Academia de San Fernando. Al poco tiempo regresó a su ciudad natal con el reconocimiento artístico y el nombramiento de Interventor en mármoles y jaspes para la búsqueda de canteras en Andalucía que pudieran suministrar material a las obras del palacio regio. En el tercer año de su nombramiento viajó por el reino de Sevilla y por la Sierra de Ronda. El 5 de junio de 1758 el escultor enviaba desde Sevilla un informe a Baltasar de Elgueta y Vigil en el que le comentaba su visita a Osuna. En la villa conoció a personas influyentes como a Cristóbal de Ubaldo Fernández de Córdoba, que había estudiado en la Universidad de Osuna, en la que continuó con diferentes cargos que alternó con su actividad sacerdotal. Entre otros cargos fue vicario y visitador general del Arzobispado. El segundo contacto se propició años más tarde, cuando la Orden de la Merced tomé la decisión de celebrar el capítulo general de 1766 en Osuna. Para la ocasión el padre general, el ursaonense Fray Miguel Ramón de San José, encargó al “insigne Artifice” Fernando Ortiz una talla completa de la Virgen Comendadora, para que presidiera el coro alto del convento de religiosos mercedarios. Con motivo del conclave capitular el escultor pocos días antes llevó la imagen a la casa de la Merced de la villa ducal. Sin duda el capítulo de la Orden y la fiesta que se organizó a la llegada de la escultura desde Málaga eran ocasión propicia para el artista donde poder contactar con potenciales clientes. Y más cuando, tras su bendición, fue expuesta a la veneración del pueblo y, a petición de las comunidades de religiosas, se trasladó en procesión general a todos los conventos femeninos de la localidad. Es probable que a lo largo de aquellas dos estancias se propiciasen los contactos y los encargos. De hecho, en la propia villa, junto a la imagen de la Virgen de la Madre Comendadora, se ha reconocido su gubia en el Santo Ecce Homo del Portaly en dos esculturas de pequeño formato conservadas en el coro bajo del convento de las madres concepcionistas: un San José con el Niño en brazosy un San Juanito en el desierto. La existencia de todo este elenco convierte a la localidad sevillana en uno de los lugares con mayor número de esculturas del artista que conserven su policromía original y no hayan sufrido alteraciones.

El programa conmemorativo arrancó el 21 de noviembre de 2015 con una jornada que, bajo el título de “La restauración y puesta en valor de una imagen devocional: el Santo Ecce Homo del Portal”, se celebró en la iglesia de San Agustín. El segundo hito del programa se celebró entre los días 23 y 24 de abril de 2016 en el monasterio de la Encarnación y Nuestra Señora de Trápana, coincidiendo con el “Año jubilar de Nuestra Santísima Madre de la Merced, cauce de la misericordia de Dios”, preparatorio del DCCC Aniversario (1218-2018) de la Fundación de la Orden Mercedaria. El acto coincidía con el CCL Aniversario (1766-2016) de la llegada a Osuna de la escultura de la Madre Comendadora, que actualmente preside el retablo mayor del monasterio. Finalmente, entre todos los actos previstos en la conmemoración destaca la organización de una exposición bajo el título “Fernando Ortiz en el tercer centenario de su nacimiento”, que entre el 18 de noviembre de este año y el 15 enero de 2017 se desarrollará simultáneamente en dos sedes. Esta exposición, cuyos comisarios científicos son José Luis Romero Torres y  Pedro Jaime Moreno de Soto, será la primera con carácter monográfico realizada sobre el escultor y tiene como objetivo valorar su evolución y verdadera magnitud artística, y revalorizar y difundir su obra fuera del ámbito malagueño. Una de las sedes será el Museo de Arte Sacro de la Colegiata de Nuestra Señora de la Asunción, obra señera del Renacimiento español y referente turístico en el ámbito andaluz en cuyo interior se pueden contemplar obras de los escultores Roque Balduque, Juan de Mesa, Juan Martínez Montañés o José de Arce; los pintores Juan de Zamora, Fernando de Esturmio, Luis de Morales o José de Ribera; o del platero Pedro de Ribadeo. La otra sede será el monasterio de la Encarnación y Nuestra Señora de Trápana, cuyo museo es una de las joyas conventuales del patrimonio religioso de la localidad. El discurso expositivo girará en torno a la imagen de la Madre Comendadora y las fiestas organizadas a su llegada. De manera simultánea, dentro del programa previsto para el tricentenario, en el claustro de las religiosas descalzas de monasterio de la Encarnación se ha organizado la exposición “Barros andaluces (siglos XVI-XX)”, cuyo comisariado está a cargo de  Alfonso Pleguezuelo Hernández. En ella se recrean distintos ambientes a través de piezas en barro que formaron parte de la vida cotidiana andaluza entre los siglos XVI y XX, en sus distintas vertientes como el trasporte, el almacenaje, la higiene, la cocina, etc. El conjunto de obras expuestas pertenecen a la Colección Luis Porcuna Jurado. El discurso se ve reforzado con la presencia de los extraordinarios zócalos de cerámica sevillana del siglo XVIII que decoran todas las galerías del claustro. En ellos aparecen multitud de escenas cotidianas con la presencia protagonista de distintas piezas cerámicas.

Paralelamente, dentro de los actos conmemorativos del tricentenario, se ha venido trabajando en una línea editorial. Sorprende que, pese a la indudable valía del artista, hasta la fecha careciera de una monografía que calibrara su verdadera dimensión desde aquellos primeros estudios pioneros publicados a partir de 1980 por José Luis Romero Torres. Un factor a tener en cuenta en esta circunstancia ha sido la destrucción de gran parte de su producción en los acontecimientos bélicos de 1931 y 1936. La mayoría de sus principales obras realizadas para su ciudad natal fueron destruidas en mayo de 1931. Sin embargo, en los últimos tiempos se han producidos nuevas autorías y certeras atribuciones que empiezan a componer un catálogo de obras considerable del artista. Por ello, dentro de las iniciativas que se insertan en los actos conmemorativos, el Patronato de Arte, en paralelo a la edición de este catálogo, ha publicado la obra de José Luis Romero Torres titulada Fernando Ortiz, un escultor andaluz del siglo XVIII. Vida y obra de un artista malagueño del barroco (1716-1771). En este trabajo, que recoge el resultado de sus investigaciones sobre el artista a lo largo de cuatro décadas, se analiza el contexto social y artístico de su época y los valores creativos que aportó a la escultura andaluza de su tiempo. Se estudia además la iconografía de sus obras y su participación en la reforma de algunas parroquias de la provincia de Málaga y su intervención en la catedral malacitana. Se valora también la importancia de sus conocimientos técnicos sobre la calidad de los materiales pétreos y se analizan los viajes que hizo por Andalucía. Se completa el trabajo con el catálogo razonado de sus obras y un corpus documental.


Fuente:Pedro Jaime Moreno de Soto y Cofradía del Amor y la Caridad

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