La pasada semana se presentaba,
en la sede del Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de
Málaga, el nuevo banderín corporativo que la entidad colegial ha encargado al
Taller de Bordados de Salvador Oliver Urdiales. La pieza procesionará por
primera vez el próximo Miércoles Santo en el cortejo de la Sección de Nuestro
Padre Jesús de Azotes y Columna de las Reales Cofradías Fusionadas de Málaga,
de la que el Colegio de Aparejadores es Hermano Mayor Honorario.
El banderín del Colegio Oficial
de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Málaga se ha realizado en el Taller
de Bordados del malagueño Salvador Oliver Urdiales siguiendo un diseño propio
de este obrador. Sobre terciopelo verde, presenta en el anverso una cenefa o
greca de carácter vegetal realizada con hilos de oro fino granito, liso y
torzal en puntadas de zetillo, ladrillo y puntita así como cartulinas de hilo
granito. Esta cenefa rodea a la heráldica propia del Colegio de Aparejadores,
habiendo sido bordado el escudo sobre un tondo o rodel de giraspe verde sobre
el que se disponen los elementos propios de la profesión: compás, escuadra y
plomada, todos ellos realizados en hilo de oro y plata finos. Sobre el escudo
se dispone una corona dignataria cuyo canasto está realizado con la técnica de
la hojilla, quedando el conjunto enmarcado por una palma bordada en cartulinas
y una rama de laurel de giraspes verdes, ambas unidas por un lazo dorado.
En el reverso, se aprecia la
leyenda “COLEGIO OFICIAL DE APAREJADORES DE MÁLAGA”, cuyas letras han sido
bordadas en cartulinas y cordonería, disponiéndose en las esquinas unas hojas
de la misma técnica.
El mástil o asta del mismo ha
sido realizado por Orfebrería Montenegro de Fuengirola en madera oscura con
cantonera repujada en su base y rematado por un nudete de orfebrería plateada
sobre el que se dispone una plomada, símbolo de la profesión, sujeta por una
pequeña cadenita a un arco decorativo.
La vinculación del Colegio de
Aparejadores con la Sección cofrade de Azotes y Columna se remonta a más de
tres décadas, marcada por una continua colaboración entre ambas instituciones,
que tuvo su origen en la última restauración realizada sobre la Columna de
Azotes, en 1985. Considerada una de las joyas más preciadas de las Cofradías
Fusionadas, la Columna como elemento constructivo tan característico simboliza,
de forma alegórica, la unión de esta profesión con la agrupación cofrade.
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