En lugar de esto, se presenta a la Virgen en la cima del Monte Calvario –en clara alusión a su advocación–, sola al pie de la
cruz con las escaleras y el sudario, y rodeada de numerosos querubines que
portan demás atributos de la pasión de nuestro Señor Jesucristo: la bolsa con 30
monedas que recibió Judas Iscariote por su traición;
el gallo que cantó tres veces tras las negaciones de
Pedro; la sentencia de Pilatos; el flagelo con el que el Señor fue azotado atado a la columna; la corona
de espinas y la caña que le pusieron como cetro en los
improperios que sufrió; la túnica y
los dados con lo que los soldados se la sortearon; el cáliz de vino y hiel que le ofrecieron al subir al
Gólgota; el martillo, las tenazas y los clavos de la crucifixión; la lanza que atravesó su costado; la esponja atada a la rama de hisopo con la que le dieron de beber
vinagre.
Además, en la parte derecha del monte, una pequeña imagen de San Francisco de Paula recuerda el VI centenario de su nacimiento, pues la Hermandad del Monte Calvario celebrará también la efemérides durante este año extraordinario. Junto a la imagen del ermitaño calabrés se sitúan dos borregos, símbolo de la humildad, y sobre la imagen se ubica el «Charitas» resplandeciente, emblema de la Orden de los Mínimos de la que es fundador.
Dieciocho candeleros se sitúan en el centro del altar: seis iluminan a la Santísima Virgen y doce hacen lo propio para la exposición del Santísimo Sacramento, para lo que se ubica en el centro un manifestador de madera tallada y dorada. La Dolorosa, rememorando estampas antiguas, lucirá su clásica diadema del orfebre Seco Velasco (Sevilla, 1954) que fue sufragada con donativos de numerosos devotos y feligreses victorianos, hasta que cambie su vestimenta por la de hebrea.
Además, en la parte derecha del monte, una pequeña imagen de San Francisco de Paula recuerda el VI centenario de su nacimiento, pues la Hermandad del Monte Calvario celebrará también la efemérides durante este año extraordinario. Junto a la imagen del ermitaño calabrés se sitúan dos borregos, símbolo de la humildad, y sobre la imagen se ubica el «Charitas» resplandeciente, emblema de la Orden de los Mínimos de la que es fundador.
Dieciocho candeleros se sitúan en el centro del altar: seis iluminan a la Santísima Virgen y doce hacen lo propio para la exposición del Santísimo Sacramento, para lo que se ubica en el centro un manifestador de madera tallada y dorada. La Dolorosa, rememorando estampas antiguas, lucirá su clásica diadema del orfebre Seco Velasco (Sevilla, 1954) que fue sufragada con donativos de numerosos devotos y feligreses victorianos, hasta que cambie su vestimenta por la de hebrea.
Fuente:Monte Calvario
Foto:Fernando Ruíz Narváez
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