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lunes, 5 de octubre de 2015

Con el sabor de los viejos caldos

La Sacramental de Viñeros es una de esas hermandades que hacen retrotraer a otro tiempo al público que la contempla en la calle, muchos alicientes tiene esta señera corporación para viajar al pasado de la ciudad. Lleva el presente año conmemorando los cuatrocientos años de su fundación, pero para el pasado sábado quedaba fijado el broche, el colofón a un año para recordar siempre por los hermanos de Santa Catalina.

El periodista Pedro Luis Gómez y el profesor Antonio Garrido Morga ya habían pregonado las Uvas y el Mosto tradicionales en esta fraternidad pero también tejieron en su intervención una historia que nacía en 1615. El pasado viernes la venerada imagen del Nazareno obra de Francisco Buiza dejaba su sede provisional de San Julián para llegar hasta su casa hermandad en la plaza de los Viñeros y frente al museo del vino, por el recorrido más angosto y poco habitual regalando estampas de tiempos pretéritos.

A primeras horas de la tarde parecía Jueves Santo en calle Biedmas, el Nazareno partía rumbo a la Catedral pero esta vez un sábado de octubre y para conmemorar su historia cuatro veces centenaria. En la Catedral presidiría una Eucaristía celebrada por el Obispo de la Diócesis que bendeciría posteriormente las uvas y el mosto y recordando en sus palabras el carácter sacramental de la corporación. No faltó el público en cada una de las calles que llevo al Nazareno hasta el primer templo diocesano, el recorrido tuvo que ser modificado días antes por obras en algunas de las vías del centro histórico y el Nazareno se quedó sin visitar el entorno de la desaparecida Iglesia de la Merced, que fue sede de la Hermandad. Con algunos minutos de adelanto y perfectamente llevado por sus hermanos correonistas y devotos que en esta ocasión quisieron portarlo en dos turnos con túnicas conmemorativas, se adentraba el Nazareno en el Patio de los Naranjos.

El Nazareno de Viñeros lució una túnica lisa color romé y destacó sobre su trono de carrete malagueño adornado con claveles sangre de toro y los imponentes faroles de plata. En su mano faltaba la llave del sagrario que para esta procesión no tenía sentido ser portada. Pasadas las ocho y media de la tarde y tras haber saludado a los sagrados titulares y a miembros de la Congregación de Mena que se encontraban en la capilla de Santa Bárbara en un encuentro también histórico el Nazareno dejaba la Catedral y tomaba rumbo a su casa hermandad.


Una vez más, las calles repletas de almas que no quisieron perderse al Nazareno que procesiona cada Jueves Santo, tras el trono la Agrupación Musical "San Lorenzo Mártir" que se integra dentro de la Hermandad y que abrió sus filas para que músicos de toda Andalucía les acompañaran en su procesión extraordinaria, de esta forma los banderines de las formaciones participantes abrían un cortejo musical que rozaba las dos centenas de componentes cada uno uniformado con el representativo de su respectiva formación musical, una muestra más de la unión de los músicos cofrades.


Pasaba la una y media de la madrugada del domingo cuando el Nazareno de Viñeros llegaba a una repleta plaza y se despedía antes de adentrarse en su casa hermandad a los sones del Himno Nacional. Cuatro cientos años de historia, con el sabor de los viejos caldos de los que presumió esta ciudad.

Fotos:Fotografía Segovia

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