Desde el Patio de los Naranjos hasta su casa hermandad María no estuvo sola
en ningún momento, al revés por momentos el trono se tenía que detener porque
era imposible avanzar.
Nada más salir del Patio de los Naranjos se encontró con la saeta que le
lanzaba desde un balcón Manuel Cuevas. Tras unos ajustes del halo, el trono
retomaba su marcha a los sones de una banda que dejó escrita con letras de oro
también el libro de esta Coronación Canónica, la Banda de la Paz. La misma que
la acompaña cada Martes Santo y que la ayuda a entrar en Echegaray donde
saetas, vítores y aleluyas continuaron haciendo grande la tarde. Llegaría la
Plaza del Siglo y el arco de los hermanos del Calvario, por el mismo que había discurrido
sin coronar ahora la recibía coronada. Una sevillana con la letra de Rafael de
las Peñas fue allí interpretada y volvieron a repetirse los aplausos y los
vivas entre el estruendo de los fuegos artificiales. Llegaría la Plaza de la
Constitución y Larios, Mesón de Vélez engalanado y las calles buscaban otro de
los epicentros de cada Martes Santo, la Tribuna de los Pobres, por Cisneros
llegaba hasta el Pasillo de Santa Isabel antes de acceder a una Tribuna que
hacía horas que había colgado el cartel de no hay billetes. A pulso y a los
sones de Encarnación Coronada, la Tribuna vibró y rezó a la Señora del Martes
Santo.
Ya el cortejo se había reducido y solo contaba con la cruz alzada y
miembros de la junta de gobierno delante de los ciriales que antecedían el
trono de María Santísima del Rocío Coronada, a la altura de donde tiene su sede
la Hermandad Sacramental de Viñeros tras el saludo de la corporación se produjo
el relevo de los hombres de trono que afrontarían el segundo turno que les
llevaría hasta la casa hermandad. Después vendría la visita a la sede de la
Cofradía de la Paloma, cita a la que no faltó la popular Banda de "La
Pepa" venida desde Alhaurín El Grande, María Santísima de la Paloma haciendo
un guiño a la coronación lucía manto blanco. Desde allí y tras pasar la angosta
calle que lleva a la Plaza de San Francisco se tomaría, Carretería donde a la
altura del Bar Jamón
la comparsa de David Santiago esperaba para cantar a la Novia sus letras dedicadas a la Tribuna de los Pobres. Seguiría la procesión por Álamos hasta Plaza de la Merced para ir hasta Madre de Dios a visitar la Cofradía del Amor y la Caridad y el Rocío de Málaga-La Caleta, recorrido que se vio alterado por las obras. Todo el recorrido estuvo engalanado para la ocasión, balcones y portales adornados y fotos y carteles de la devoción del Martes Santo colgaban por cualquier lugar del itinerario. Sonidos de la aldea almonteña junto a la Banda de la Paz acompañaron al trono por la Plaza de la Merced antes de dar la curva con "Pasan los Campanilleros" y entrar de lleno en el barrio de la Victoria. En la casa hermandad de "El Rico" esperaban Coco Jurado que recitó, Isabel Fayos y los Cantores de Hispalis que le cantaron la marcha compuesta por Pascual González antes de que el trono se marchara a pulso del lugar.
Federación de Peñas, Hermandad de la Vera+Cruz de Alhaurín el Grande, la Asociación
Cultural MiPropioSentir y la Cofradía del Rescate que dispuso en un altar a la
Virgen de Gracia en la entrada de calle Agua para recibir a su vecina coronada
marcaron una apoteósica calle Victoria rendida ante su Novia que volvía a casa.
Repicaron las campanas de San Lázaro y la Virgen del Rocío buscaba su casa
hermandad.
Pasaban las ocho y cuarto de un amanecer claro de septiembre, cuando tras
catorce horas de procesión María Santísima del Rocío llegaba al salón de tronos
de su casa hermandad por fin coronada, repique de campanas, pétalos y fuegos
artificiales anunciaron su llegada y culminaron una cita histórica. Por la
tarde en unas sencillas andas y con la Banda de Música del Rincón de la
Victoria volvería hasta San Lázaro donde le esperaría el saludo del pueblo
transformado en un multitudinario besamanos.
Fotos:Miguel Ferrary
LaOpinióndeMálaga
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