El pasado sábado, Rafael de las
Peñas, consejero y vestidor de la Virgen de los Dolores de San Juan pregonaba
la Semana Santa en el Teatro Cervantes. El pregón fue largo, pero
completo, el pregonero hilvanó en su texto la actualidad, los problemas y las
virtudes del pueblo cofrade. Una defensa a ultranza de la figura del nazareno a
veces tan denostado y un pregón cargado de amor a María en sus diferentes
advocaciones.
Antes de todo esto, la música
ocupó el inicio del acto con piezas preparadas con especial mimo para la cita.
Tras el concierto y el saludo protocolario de la secretaria de la Agrupación de
Cofradías, María del Carmen Ledesma tomó la palabra el pregonero del año
anterior, Félix Gutiérrez presentó a la Málaga cofrade a Rafael De las Peñas
Díaz, como "un hombre cabal, de un cofrade
sencillo, tímido, discreto y valiente será nuestro camino. La palabra de un
nazareno es hoy la voz de nuestra Semana Santa".
Tras el
saludo entre ambos pregoneros se alzaba el telón y dejaba ver el escenario
preparado como ya es habitual por Miguel Ángel Blanco que a su vez también es
amigo y hermano cofrade de Rafael De las Peñas. presidiendo un gran corazón
traspasado por siete puñales en clara alusión a la devoción del pregonero, la
Virgen de los Dolores de San Juan, un moldurón de un extremo a otro repleto de
azahares y los tonos azules y negros al final recordando los atuendos de la
dolorosa del Viernes Santo. En la parte musical que precedió al pregón intervinieron:
la Joven Orquesta Provincial de Málaga, el coro de la Ópera, la capilla musical
de la Archicofradía de los Dolores de San Juan, la escolanía de voces blancas
de la parroquia del Corpus Christi de Pedregalejo, la saetera Luz María Muriana
y la soprano Irene Garrido.
De las
Peñas que empleó dos horas y nueve minutos y fue interrumpido por una treintena
de aplausos comenzó su texto recordando que "La Semana Santa es la fiesta
por antonomasia de Málaga, es la propia ciudad la que la hace". También
hizo mención a que los cofrades dejen de lado las ansias de poder, el
protagonismo, la arrogancia y la envidia. Su pregón también fue de actualidad
condenando la violencia de género y los desahucios.
No
siguió un orden cronológico, simplemente fue introduciendo en su texto todas
las corporaciones agrupadas, incluyendo este año a las dos que se estrenan por
recorrido oficial que llegaban al atril del Cervantes por primera vez como
fraternidades agrupadas concluyendo su oratoria con su Virgen de los Dolores y
agradeciendo a todos los que le habían permitido estar sobre las tablas del
Teatro Cervantes.
La
formación tan necesaria en el pueblo cofrade también tuvo sitio en su texto,
junto a la poca afluencia en muchos cultos, dijo así: "Algo falla cuando
en unos cultos hay más fotógrafos que fieles dispuestos a rezar".
Desde
su atril pidió a los curas, que se involucren y se acerquen más a las cofradías
para poder entenderlas mejor. Así, les ha recordado a lo que el Papa Francisco
recomendó a sus pastores, a que huelan a «incienso del bueno, del de las
procesiones. De las Peñas ha pedido que los sacerdotes se impregnen del olor de
las flores de los tronos, del aroma de las albacerías o de los archivos, del
olor del esfuerzo con los dientes apretados en los submarinos y del de la cera
derramada por las calles."Que huelan a nosotros, porque necesitamos su
cercanía. Que huelan a nosotros y nosotros a ellos, desterrando prejuicios y
acercando posturas. Pastores y rebaño en una misma senda". Recordando de
esta forma que sacerdotes y cofrades viajamos en el mismo barco.
En el
pregón de Rafael de las Peñas tampoco faltó la tan importante labor social que
realizan las cofradías de la ciudad, decía que era "el mejor trono de
todos", en sus líneas no faltó ni
Colichet, ni la Gran Recogida, Proyecto
Hombre, comedores como el de Santo Domingo, o el Asilo de los Ángeles,
recordando a todos la labor de algo tan importante creado en el seno de las
cofradías como es la Fundación Corinto.
Fotos:Dolores de San Juan
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