Miles de personas se echaron a la
calle, la cita no era otra que conmemorar el setenta y cinco aniversario de la
incorporación de la advocación de María Santísima de la Paz, a la ferroviaria
Hermandad de la Sagrada Cena, que por aquél entonces residía en el Santuario de
la Victoria donde hace pocas semanas se descubría un mosaico conmemorativo con
una imagen de la dolorosa. Siendo los hermanos de la Cena los que se ponían en
la calle se esperarían grandes novedades, ya que nos tienen acostumbrados a
nuevas estampas tanto en la calle como en su disposición.
Se abrían las puertas de la
Parroquia de los Santos Mártires a las seis de la tarde y eran los miembros del creado para la ocasión, escuadrón a pie de
lanceros, clarines y timbales Santa María de la Victoria de la Banda de
Cornetas y Tambores de ese mismo nombre los que tomaban la abarrotada plaza de
los Mártires. Tras ellos vendría la cruz guía y más de doscientos hermanos
rigurosamente ataviados con traje oscuro portaban velas para alumbrar el
discurrir de la dolorosa de la Cena. El
estandarte de San Ildefonso y el guión corporativo irían acompañados por
bastones, el Hermano Mayor, Rafael López Taza acompañado por antiguos hermanos
mayores de la corporación y el Hermano Mayor de la Congregación de los Santos
Patronos antecederían al cuerpo de ciriales y pertigueros precedían al trono.
La Cena recuperaba un exquisito y
adornado trono de traslado que sería el antiguo de la Paz dispuesto para la
ocasión, cajillo de Francisco Palma Burgos, cuatro barras de palio de la Reina
de los Cielos, que recogían unas bambalinas blancas con el interior en raso
rojo a modo de palio para albergar al primer sagrario de Cristo, de ahí los
colores eucarísticos de su Hijo para su atuendo en el día de ayer. Cajillo con
cartelas de orfebrería, de los talleres Montenegro de Fuengirola, la Virgen de
la Victoria iría en la entrecalle del trono y que es la que procesiona en el
trono de cada Jueves Santo, y arbotantes de tres brazos que recogían doce
tulipas para alumbrar su rostro, que representarían al apostolado. Variado y
cuidado, como no, exorno floral con mini orquideas y rosas de pitiminí entre
otras especies en el interior de unas pirámides de cristal y detalles de
orfebrería. Sones de "Danos tu Paz" de José Luis Pérez Zambrana ,
suelta de palomas y suelo alfombrado por ramas de olivos, la plaza de los
Mártires era un hervidero de cientos de personas, la Paz estaba en la calle. Los
sones, como es habitual con la Paz los puso la Banda de Música de la Paz, la
misma de cada Jueves Santo, acertada cruceta y estudiada en su desarrollo.
La Paz portaba corona
dieciochesca, realizada en plata de ley por
Jesús Domínguez y que fue una donación del "Galeón" hace un año,
recibe ese nombre el submarino del trono de la dolorosa de los Mártires. La
imagen estaba colocada sobre la peana habitual de besamanos y con la nube de
ángeles de la Virgen del Carmen Coronada, la media luna de sus pies
correspondía a la Virgen del Carmen Doloroso de Pedregalejo.
El rezo de la corona de las doce
estrellas, llevó a la procesión por un entorno poco conocido para la cofradía
pero que regaló momentos especiales como la llegada a la Plaza de San Francisco
a los sones del "Ave María" desde un balcón cantado, o la entrada en
el interior del Oratorio de Santa María Reina donde el público pudo contemplar
las recién estrenadas pinturas del techo de Raúl Berzosa. Pero la tarde dejó
más momentos, el acceso a la Plazuela Virgen de las Penas a los sones de "Saeta
Cordobesa" o una nueva suelta de palomas cuando discurría por la Plaza de
la Constitución o también, la petalada por calle Arco de la Cabeza. Muchas de las calles estuvieron adornadas con
banderolas y doseles con motivos eucaristicos. Tras el trono de la Virgen que
contó con dos relevos de hombres de trono, marchaba la cruz parroquial con el
director espiritual, justo antes de la banda de música.
Casi seis horas después de su
salida, volvía a la Parroquia de los Santos Mértires, María Santísima de la Paz
habiendo dejado a la Málaga cofrade un reguero de sensaciones difíciles de
olvidar, ya sólo queda dar gracias y presidir el altar de los Mártires para dar
por concluidos tan celebrado aniversario.
Fotos:Mipropiosentir
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