La reja que separa al pueblo del
cielo fue asaltada por los almonteños a las 03:29 horas de la madrugada del
Lunes de Pentecostés. Una cadena humana de almonteños perfectamente organizados
había permitido que el simpecado de la Hermanad Matriz de Almonte llegará hasta
la Señora.
A partir de ese momento se
desataron las emociones y el pueblo volvió a mirar, rezar y también llorar a la
Señora de las marismas que un año más salía a recorrer la aldea almonteña.La
aldea se volvió a convertir en paraíso celestial de María en la Tierra, y los
almonteños en ángeles que la portan por su divina aldea.
La procesión discurrió con total
tranquilidad recorriendo las hermandades filiales que habían realizado la
peregrinación y poco antes del mediodía volvía al Santuario, la Blanca Paloma.
Destacar la organización con la que todo ha transcurrido y en la que no ahí que
lamentar ningún incidente.
La cuenta atrás ha comenzado, ya
muchos esperan el Rocío de 2013.
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