“Conviértete y cree en el Evangelio”, hoy comienza la Cuaresma tiempo para convertirse en ese legado infinito que nos dejó Jesucristo como son los Evangelios. Se acercan días grandes, para los cofrades aún más.
Si todavía no habíamos dejado de hablar de Semana Santa, ahora en estos días venideros, se hablara más. Los naranjos en breve estallaran porque ya desprenden ese ligero e intenso aroma a azahares. La primavera comienza a despertar del letargo invernal y vuelve a ser cuaresma.
Los cofrades volvemos a llamar a las puertas de la ciudad para que nos transporte a esa Jerusalén en la que la multitud juzgo por una extraña ley a un hombre que no hizo mal a nadie, sino bien a todos. Jesucristo vuelve a salir al encuentro de los cofrades y pronto partirá desde Calle Parras a lomos de un dócil pollino nunca antes montado, tomará la cruz cargada de pecados, y seremos Cirineos como el que acompaña al Señor de Pasión, durante una semana, callejeando por calles que permanecen perennes a los años. Crucificado ante dos ladrones en Santo Domingo y Expirará en la madrugada del Jueves, cuando vuelva por el Puente de Tetuán, en ese trono que el padre Granda ideara para el mismísimo Dios hecho talla por Benlliure. Y así transcurrirá una semana que se llenará de gloria por San Julián una mañana luminosa al haber vencido a esa terrible muerte de pecados.
Cofrades, solo faltan 40 días y 40 noches, sólo 40. Un año más Málaga vuelve a vestirse su hábito, a prestar su hombro y a tomar el cirio a oler a incienso y a cubrirse de cera. Málaga veinte siglos después sigue viviendo su Semana Santa.
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