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miércoles, 7 de abril de 2010

Una tarde de Cuaresma con el maestro

Me atrevería a decir, que su trabajo es la virtud de darle vida a la madera, de humanizar un rostro con una gubia. Ver en sus tallas al Señor y su Madre proporcionandole al espectador la mayor emoción y momento de sentimiento.

En la pasada Cuaresma, el imaginero sevillano, Luis Álvarez Duarte visitaba la que el llama como su ciudad adoptiva, Málaga. Para mostrarnos el imaginero más humano, y sencillo el mismo que a la vez desde su taller en Gínes (Sevilla),recrea a Dios y su Madre.

El artista realizó un recorrido por su amplia y dilatada carrera profesional desde sus inicios y relatando infinidad de anécdotas que le han ocurrido en el transcurso de su vida.

Como gran amante de la fiesta nacional, "Sevilla me dió la alternativa, y Málaga me la confirmó" sus trabajos en nuestra ciudad y su vinculación con el matrimonio Raggio-Carrera hicieron que el sevillano cada vez fuera tomando mayor arraigo por Málaga.

Ahora, que todo ha pasado y su hija, Reina de los Cielos ya se encerrara hace días en San Julián es momento de recordar toda su obra que ha tornado nuestras calles en estas jornadas.

Amante de todo lo nuestro, andaluz por los cuatro costados, sevillano y malagueño de adopción este artista nos regaló una noche de vivencias para el recuerdo viendo parte de sus obras y como comenzó todo, cuando desde muy pequeño se fijó en Buiza, o admiro a Eslava. De todos ellos adquirió lo mejor y se lo guardó en esas manos y en esa gubia que el Áltisimo debe conservar mucho tiempo para que siga produciendo las maravillas que atesoran.

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